Las elecciones en Irlanda se realizan cada cinco años -a no ser que se convoquen unas elecciones anticipadas- y se producen bajo un complejo sistema electoral consistente en la representación proporcional mediante voto transferible.
El votante recibe una papeleta con la lista de candidatos, enumerados por orden alfabético, en la que debe señalar la casilla de su favorito con el número '1', pero, si lo desea, puede designar a un segundo candidato con el número '2' y así sucesivamente, de manera que su voto podrá ser utilizado, según las normas de transferencias, tantas veces como sea necesario.
Habitualmente los partidos ecologistas y el Sinn Féin son los grandes beneficiados del complejo sistema electoral irlandés, ya que, en teoría, los partidarios a los dos grandes bloques (el Fianna Fáil y el Fine Gael) no suelen dar sus segundas preferencias a los candidatos rivales, sino a los de las formaciones periféricas.
La jornada electoral suele caer un viernes, comenzando el recuento de los sufragios al día siguiente por la mañana. Los primeros resultados suelen darse a conocer a partir del sábado.